“Mi nombre es Tobias. Fue mi tío el que me influyó para convertirme en maestro. Cuando era niño, solía sentarme a observar cómo leía y, con el tiempo, adquirí un gran interés en aprender.
He dado clases en Zambia durante 17 años. Durante este tiempo, muchas cosas han ido a peor. Cada vez vienen más niños a la escuela, pero los maestros somos cada vez menos y tenemos menos apoyo.
Damos clase en aulas de 70 alumnos, tenemos que revisar todos los cuadernos y evaluar el trabajo de los alumnos. No es fácil. A menudo no recibimos el salario a tiempo, que puede tardar hasta 45 días, y sin embargo tenemos que seguir pagando el alquiler y mantener a nuestras familias. Muchos de mis compañeros tienen problemas, ya que algunos miembros de su familia han fallecido por causa de alguna de las numerosas enfermedades del país. En la escuela, también cuidamos de niños que se han quedado huérfanos”
El problema de la carencia de maestros se ha empeorado por la falta de recursos y la falta de previsibilidad de la ayuda. En 2015, serán necesarios 18 millones de maestros adicionales para que todas las personas puedan acceder a la educación.
Esta información es gracias a la Web de la Campaña Mundial por la Educación
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