Este "cuento"(de cuento tiene poco) me refuerza la idea que tengo sobre lo que está pasando en estos tiempos en nuestro país.Existen, en casi todos los ámbitos sociales y laborales, un ejército de inspectores, supervisores, cargos directivos, concejales, consejeros, presidentes y un largo etcétera de personajes que se dedican a criticar al trabajador cuando la cosa va mal y a ponerse medallas cuando llegan los éxitos. Más vale que se pusieran el mono de trabajo y arrimaran el hombro para sacarnos del atolladero en que estamos metidos. Si este ejemplo lo extrapolamos a la educación (es donde me muevo) resulta que el fracaso escolar es culpa del maestro (remero) y ellos desde sus lujosos despachos se dedican a desprestigiarlos. Mi solidaridad con los maestros remeros y saludos a Juan Antonio por regalarnos "estas verdades"
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Este "cuento"(de cuento tiene poco) me refuerza la idea que tengo sobre lo que está pasando en estos tiempos en nuestro país.Existen, en casi todos los ámbitos sociales y laborales, un ejército de inspectores, supervisores, cargos directivos, concejales, consejeros, presidentes y un largo etcétera de personajes que se dedican a criticar al trabajador cuando la cosa va mal y a ponerse medallas cuando llegan los éxitos.
Más vale que se pusieran el mono de trabajo y arrimaran el hombro para sacarnos del atolladero en que estamos metidos.
Si este ejemplo lo extrapolamos a la educación (es donde me muevo) resulta que el fracaso escolar es culpa del maestro (remero) y ellos desde sus lujosos despachos se dedican a desprestigiarlos.
Mi solidaridad con los maestros remeros y saludos a Juan Antonio por regalarnos "estas verdades"
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