Siria no es un país seguro.
Por más que la caída del régimen de Bashar al Asad, el pasado diciembre, haya generado grandes expectativas y por más que fuera celebrada por miles de personas sirias, tanto dentro como fuera del país, sigue sin ser un país seguro. Pensar que lo es no solo implica sacar conclusiones precipitadas, sino que también puede suponer un riesgo a millones de personas.
Hoy hace 14 años que comenzó el conflicto en Siria, que provocó la mayor crisis de desplazamiento del mundo, con más de 13 millones de personas desplazadas de sus hogares. Y aunque, en un principio, algunos países de la Unión Europea mostraron su solidaridad con la población siria, las puertas de Europa hace ya años que se les cerraron.
En 2016 la UE firmó un acuerdo con Turquía por el que cualquier persona que llegara a las islas griegas de manera irregular sería devuelta a Turquía. Más tarde, ya en 2020, España impuso un visado de tránsito a las personas refugiadas de Siria que, en la práctica, les ha impedido durante todos estos años acceder al derecho de asilo.
Y, ahora, han sido varios los países europeos, entre ellos Italia, Alemania o Francia, quienes han suspendido las solicitudes de asilo de personas procedentes de Siria, con la premisa de que, con la caída del régimen de Bashar al Asad, habría vuelto a ser un país seguro. Una decisión que, además de precipitada, es contraria al derecho internacional y al de la propia Unión Europea, que establecen que, para el cese de la protección, los cambios deben ser significativos y duraderos. Y no es así.
Con la caída del régimen, Israel ha extendido su presencia militar y ha intensificado los ataques sobre las regiones limítrofes con Siria. En la zona de la costa, la población está sufriendo una brutal ola de violencia que ha desatado masacres indiscriminadas. Y según la ONU, en 2025, más de 16 millones de personas necesitarán ayuda humanitaria para cubrir sus necesidades más básicas.
Así que no. Siria no es un país seguro y dista mucho de serlo. Es absolutamente necesario que todos los países, entre ellos España, eliminen cualquier tipo de obstáculo para acceder al derecho de asilo. Por eso, en CEAR vamos a seguir exigiendo medidas para que las personas refugiadas sirias tengan la ayuda y la protección que necesitan. |
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