En Ucrania, los comedores comunitarios y 11.000 pollos se convirtieron en herramientas de dignidad y autosuficiencia. Ucranianos alimentando a ucranianos.
Y en Haití, los equipos con los que hemos trabajado durante años dieron un paso al frente una vez más, justo cuando sus vecinos los necesitaban. Haitianos alimentando a haitianos.
En WCK, no consideramos a los líderes como aquellos que hablan más alto. Buscamos a quienes escuchan con más atención.
En Asheville, Carolina del Norte, cuando el huracán Helene destrozó el sistema de agua, plomeros, personal de restaurantes y vecinos nos mostraron cómo reconectar a las familias con el agua potable. En Los Ángeles, mientras los incendios forestales azotaban el país, propietarios de food trucks y agricultores se unieron para alimentar a los bomberos que protegían sus hogares. En Hunt, Texas, familias ayudaron a otras durante las inundaciones.
Este es el poder de la comunidad. Conocimiento local. Corazón local. Manos locales.
Gracias a toda nuestra comunidad WCK por hacer posible este trabajo, comida tras comida, crisis tras crisis, año tras año.
Con gratitud,
José Andrés
Fundador de WCK

PD: Si puedes hacer una donación adicional antes del 31 de diciembre, tu donación será igualada : hasta un millón de dólares para nuestra labor global y dos millones para Gaza. Cada dólar rinde el doble.
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