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lunes, 13 de septiembre de 2021

La hermosa historia de Latif

 "LA HERMOSA HISTORIA DE LATIF"

Latif era el pordiosero más pobre de la, dormía en el zaguán de una casa diferente. Sin embargo, Latif era considerado el hombre más sabio del pueblo. Una mañana el rey apareció en la plaza, hasta que tropezó con Latif y sus súbditos le contaron de el.
El rey, divertido, se acercó al mendigo y le dijo:
“Si me contestas una pregunta te doy esta moneda de oro”.
¿Cuál es tu pregunta?
Y el rey se sintió desafiado, entonces, se despachó con una cuestión que hacía días lo angustiaba y que no podía resolver.
La respuesta de Latif fue justa y creativa.
El rey se sorprendió, dejó su moneda a los pies del mendigo.
Al día siguiente el rey volvió y le hizo otra pregunta y otra vez Latif la respondió rápida y sabiamente.
“Latif, te necesito” - le dijo el rey. - Te pido que vengas a palacio y seas mi asesor".
Te prometo que no te faltará nada juro el rey.
Lafit aceptó la propuesta del rey.
Durante las siguientes semanas las consultas del rey se hicieron habituales.
Obviamente esto desencadenó los celos de todos los cortesanos.
Un día todos los demás asesores pidieron audiencia al rey y le dijeron.
“Tu amigo Latif, como tú le llamas, está conspirando para derrocarte".
“No puede ser, no lo creo” - dijo el rey.
“Puedes confirmarlo con tus propios ojos”
El rey se sintió defraudado y dolido.
Debía confirmar esas versiones. Esa tarde a las cinco, aguardaba oculto en el recodo de una escalera.
Desde allí vio cómo, en efecto, Latif llegaba a la puerta, miraba hacia los lados y con la llave que colgaba de su cuello abría la puerta de madera y se escabullía sigilosamente dentro del cuarto.
“¿Lo visteis?” - gritaron los cortesanos.
Seguido de su guardia personal el monarca golpeó la puerta.
"¿Quién es?” - dijo Latif desde adentro.
“Soy yo, el rey”- dijo el soberano... - “ábreme”.
Latif abrió la puerta.
No había nadie, salvo Latif. Ninguna puerta, o ventana, ninguna puerta secreta, ningún mueble que permitiera ocultar a alguien.
Solo había en el piso un plato de madera desgastado, en un rincón una vara de caminante y en el centro de la pieza una túnica raída colgando de un gancho en el techo.
“¿Estás conspirando contra mí Latif?”
“ ¿Cómo se te ocurre, majestad"- contestó Latif- “De ninguna forma, ¿por qué lo haría?”
- “Pues vienes aquí cada tarde en secreto.
¿Qué es lo que buscas si no te ves con nadie?
¿Para qué vienes a este cuchitril a escondidas?
Latif sonrió y se acercó a la túnica rotosa que pendía del techo. La acarició y le dijo al rey: "Hace seis meses cuando llegué a tu castillo, lo único que tenía eran esta túnica, este plato y esta vara de madera” -dijo Latif.
“Ahora me siento tan cómodo en la ropa que visto, es tan confortable la cama en la que duermo, es tan halagador el respeto que me das y tan fascinante el poder que regala mi lugar a tu lado… que vengo cada día para estar seguro de una sola cosa... no olvidar nunca
“QUIÉN SOY Y DE DÓNDE VINE”.
El Vidente. Historia extraída de Poesía con té


Poesía con té.LIN-YU-TANG

 Tu ya no tienes muchos años para vivir, y además no podrás llevarte nada cuando te vayas, por lo cual debes ser ahorrativo, pero sin sacrificar tu bienestar.

Gasta el dinero que deba ser gastado, disfruta lo que deba ser disfrutado, y dona lo que te sea posible.
No te preocupes por lo que pasará cuando te hayas ido, porque cuando te vuelvas polvo, no sentirás si te alaban o te critican, si te visitan al cementerio o te olvidan.
El tiempo para disfrutar la vida es este momento, y los bienes que tan difícilmente ganaste debes gozarlos.
No te preocupes mucho por tus hijos, porque ellos tendrán su propio destino y encontrarán su propio camino.
Cuida, en especial a tus nietos, ámalos, consiéntelos, y también trata de disfrutarlos mientras puedas.
La vida debe tener más cosas que trabajar desde la cuna hasta la tumba.
Despiértate diariamente a disfrutar un día más de vida sin peleas con nadie ni rencores.
No esperes mucho de tus hijos.
Los hijos, aunque se preocupen por sus padres, también estarán continuamente ocupados con sus trabajos, sus compromisos y con su propia vida.
Muchos hijos que no se preocupan de sus padres, pelearán por sus bienes aun cuando todavía estén vivos, y desearán que pronto dejen esta vida para poder heredar sus propiedades y riqueza.
Si ya tienes 65 años ó más, no intercambies tu salud por riqueza trabajando en exceso, ya que estarás cavando tu temprana sepultura.
De mil hectáreas sembradas de arroz, sólo puedes consumir 1/2 taza diaria, y de mil mansiones, sólo necesitas un espacio de 8 metros cuadrados para descansar en las noches, así que, si tienes alimento y algo de dinero para tus necesidades, no necesitas más.
Trata de vivir feliz, pues solo tienes una vida.
No te compares con otros midiendo tu fama, tu dinero o tu status social, o ufanándote por ver los hijos de quién tienen más éxito, y en lugar de eso, reta a tus hijos a que logren felicidad, salud, gozo, y calidad de vida.
Acepta las cosas que no puedes cambiar, pues si te preocupas demasiado, puedes estropear tu salud.
Crea tu propio bienestar y encuentra tu propia felicidad, haciendo cosas que te diviertan y alegren diariamente.
Un día sin felicidad, es un día que pierdes.
Teniendo buen ánimo, la enfermedad se curará, pero teniendo un espíritu alegre, la enfermedad se curará más rápido, ó nunca se acercará.
Con buen carácter, adecuado ejercicio, alimentos sanos, y un consumo razonable de vitaminas y minerales, tendrás vida saludable y placentera.
Pero sobre todo, aprende a apreciar la bondad en todo, en la familia y amigos, pues ellos te harán sentir joven, reviviendo los buenos momentos, y los pasajes interesantes de tu vida.
Dicen que, en la vida quien pierde el techo, gana las estrellas y así es.
El tiempo y las oportunidades son como el agua de un río, que nunca podrás tocarla dos veces, porque ya pasó y nunca pasará de nuevo.
Aprovecha cada minuto de tu vida y no rechaces las oportunidades de conocer el mundo y disfrutar las cosas buenas de la vida, pues es posible que nunca se te vuelvan a presentar.
Nunca te fijes en la apariencia, porque ésta cambia con el tiempo.
No busques a la persona perfecta, porque ésta no existe.
Busca si lo deseas, a alguien que te valore como persona, y si no la hallas, disfruta tu soledad que es mucho mejor que una mala compañía.
Cree en Dios, cualquiera que sea el concepto que tengas de él, y trata de gozar la vida que es muy corta, disfrutando la familia y los amigos, pues te irás tarde ó temprano de este mundo, y nadie te dará las gracias.
Que la salud y el bienestar te acompañen siempre.
Filósofo Chino Ling Yu Tang.