Autor: pijamasurf
El entrañable proyecto de arte colectivo Earthanima busca evocar y registrar los espíritus de la naturaleza como una manifestación estética que conduce a la conciencia de que la Tierra es un organismo viviente que se comunica con nosotros.
Como parte del progreso de la civilización occidental, la naturaleza fue concebida como un conjunto inánime que estaba a nuestro servicio para ser conquistado y explotado. Jean Paul Sartre lo resume diciendo “la naturaleza es muda”, el hombre está solo en el universo, separado, significándose por sí mismo. Habíamos superado el pensamiento mágico y primitivo del animismo, del paganismo o del chamanismo y poblado el mundo con máquinas exactas avanzando en línea recta, hacia el fin de la historia. Y sin embargo, en la ruptura posmoderna y en el nuevo paradigma que se asoma, descubrimos que la evolución nos hace regresar, con una mirada elíptica -como los anillos de los árboles o de las galaxias- hacia un origen donde la naturaleza deja de ser una cosa muerta de la cual sólo extraemos bienes materiales, para experimentarse como un sistema holístico del cual somos parte indisociable y a través del cual se revela nuestro espíritu. La experiencia que define la conciencia ecológica -y cosmológica- es experimentar la interconexión entre todas las cosas y el delicado balance que permite la vida y alimenta la evolución -el hombre que se experimenta dentro de una red, rizoma, entre plantas y estrellas y nodos de información. Y la experiencia mística, circuito secreto de la historia: experimentar que la naturaleza, el campo morfogenético de la Tierra, se está comunicando, que la natureleza exhibe un lenguaje capaz de utilizar toda la matriz biológica del planeta para hablarte a ti.
A la”naturaleza muda” de Sartre le contesta Terence Mckenna, esuchando voces de duendes en todas partes, llegamos a“El entendimiento de que el mundo es una sola cosa y es una cosa viva, con una intención y un espíritu”.
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