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martes, 14 de mayo de 2024
☣️ Una epidemia letal
No, no hablamos de la COVID-19, nos referimos al ébola, ¿y sabes por qué hablamos de esta enfermedad? Porque este año se cumple una década del brote más mortífero jamás visto desde su descubrimiento en 1976.
EN 2014, MURIERON 11.000 PERSONAS POR ESTE VIRUS
Desde el principio, trabajamos en primera línea contra este brote. Cuando los pacientes eran temidos, rechazados e ignorados por la comunidad internacional, nos pusimos nuestro uniforme y les brindamos la atención que toda persona merece.
Un equipo de MSF llega a una casa en Liberia con casos sospechosos durante el brote del 2014.
En los primeros cinco meses del brote, MSF trató más del 85% de todos los casos hospitalizados en los países afectados. Una experiencia que nos sirvió para otros brotes y para, años más tarde, responder con soluciones y estrategias a la pandemia de la COVID-19.
EL VIRUS LLEGÓ A PAÍSES COMO ESPAÑA
Hasta 2014, los brotes de esta enfermedad solían ser limitados, tanto geográficamente como en el número de personas afectadas, aunque no había vacunas ni tratamientos. Pero ese año, el virus cruzó fronteras, se extendió por África Occidental, e incluso llegó a países occidentales como España, Francia y EE. UU.
A pesar del llamamiento de Médicos Sin Fronteras a la movilización general, SOLO EN ESE MOMENTO, los países con más recursos reaccionaron.
Con el ébola, prevenir la transmisión es crucial para frenar un brote. Antes de la extensión de la cepa Zaire, la más letal en 2014, esa gestión era muy humana. Los pacientes eran aislados para evitar que contagiaran a otras personas, pero un familiar les acompañaba. Nuestro personal tenía experiencia y sabía cómo hacerlo de una manera segura.
Gracias al apoyo de personas como tú, podemos reaccionar ante epidemias como esta. SOMOS ESPECIALISTAS EN EMERGENCIAS.
La magnitud de la infección, fuera de control en 2014, obligó a aislar a muchos pacientes solos, sin el acompañamiento de un familiar. Esto asustaba mucho; y precisamente ahuyentarles era lo peor que podía suceder… Fueron necesarias muchas campañas de sensibilización sobre la importancia de seguir este protocolo para frenar el brote.
Fue así como, a pesar del horror y con nuestros equipos al límite, la epidemia se contuvo. En nuestros centros, ingresaron casi 10.400 personas, de las cuales más de 5.200 dieron positivo. De todas ellas, casi 2.500 lograron sobrevivir. El resultado: mucho conocimiento sobre detección, prevención y de cómo luchar contra la enfermedad.
CUANDO EN 2018, HUBO UN NUEVO BROTE, YA SABÍAMOS EXACTAMENTE CÓMO ACTUAR...
Síntomas del ébola: Fiebre muy alta, cefaleas, dolores musculares, debilidad general, vómito, diarrea, sarpullido, hemorragia.
La tasa de mortalidad oscila entre el 25% y más del 90% con la cepa más letal. Se contagia por contacto con fluidos corporales, por lo que infecta a quienes tratan con las personas enfermas y se encargan de sus cuidados, alimentación e hidratación. Por eso, no solo las familias son vulnerables: el personal sanitario está muy expuesto.
Nuestros equipos trabajan para dar información y asistencia médica y psicológica a personas afectadas por enfermedades y virus tropicales e infecciosos. Ayúdanos a continuar nuestra labor. Hazte socio/a de Médicos Sin Fronteras para que podamos seguir ofreciendo atención médica y apoyo a quienes más lo necesitan.
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