Si encendieras la luz de la conciencia para observarte a ti mismo y todo lo que te rodea a lo largo del día; si te vieras reflejado en la conciencia del mismo modo que ves tu cara en un espejo, es decir, con precisión, con claridad, exactamente, sin la menor distorsión ni añadido, y si observaras ese reflejo sin juicios ni condena, experimentarías toda suerte de cambios maravillosos. Pero no controlarías esos cambios, ni podrías planearlos por adelantado ni decidir cómo y cuándo se van a producir. Es solamente esa percepción consciente sin juicios la que sana, cambia y hace crecer. Pero a su manera y a su tiempo.
ANTHONY DEMELLO,THE WAY TO LOVE
El espíritu está siempre presente, así como el sol siempre brilla encima de las nubes.
DAN MILLMAN
No hay comentarios:
Publicar un comentario