La de Ayaz es una historia durísima. Una historia de mucho dolor. Pero él tiene claro que quiere mirar hacia adelante. Ayaz era auditor en Pakistán, de donde se vio forzado a huir con su mujer, Samia, y sus hijos por motivos religiosos. Su llegada a España fue por Barcelona. Eran tiempos de confinamiento y les cancelaron la cita para solicitar asilo hasta tres veces, aunque finalmente Ayaz y su familia consiguieron protección en España.
Llevaban meses en Barcelona y les daban acogida, pero en Alicante, y Samia acababa de dar a luz. Era Alicante o nada, así que tuvieron que mudarse. Tras un tiempo en una habitación de un hotel con el que CEAR cuenta, se pudieron trasladar a un piso. El comienzo no fue fácil, pero con el tiempo se fueron asentando. Hasta que un día vieron una hinchazón en la sien del pequeño Rafael y tras varias pruebas descubrieron que se trataba de un tumor.
Ayaz se trasladó con su hijo al hospital. Tenían que estar aislados para evitar infecciones y las primeras navidades con Rafael tuvieron que vivirlas separados del resto de la familia. Según informaron los médicos, la operación había salido bien y en cuestión de días estaría recuperado. Sin embargo, inesperadamente, el tumor se extendió por todo el cuerpo y el diagnóstico fue fulminante: le quedaban unos días de vida.
«Aquí no tenemos familia ni amigos. Pero prácticamente todo CEAR estuvo visitándonos, fueron a vernos al tanatorio para apoyarnos», cuenta emocionado Ayaz, quien ha tenido que superar muchos problemas desde que llegó a España. Pero la historia de Ayaz no solo recuerda lo duro que puede ser estar lejos del hogar y la familia, también habla de fortaleza, de la acogida y de la voluntad de salir adelante. «No pienso en el pasado, solo en el futuro», comenta Ayaz. Tu ayuda es fundamental para seguir trabajando en la protección de las personas refugiadas.
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