¿Cuánto vale una vida?¿Cuánto valen los derechos humanos?
Es triste cerrar el año con estas preguntas, pero aunque parezca increíble, los países de la Unión Europea podrán pagar para evitar acoger a las personas refugiadas. Así de claro, así de duro y así de real.
Lee este texto. No te llevará más de 5 minutos y es importante que la gente se entere de lo que acordaron los países europeos la semana pasada.
Usarán eufemismos para defender lo indefendible, pero la realidad es que, en el acuerdo para un nuevo Pacto de Migración y Asilo en la UE, se recoge un mecanismo de "solidaridad a la carta" por el que los Estados podrán cumplir con sus cuotas de reubicación o pagar 20.000€ por persona para evitar acogerlas.
Y lo que se recaude lo podrán seguir invirtiendo en políticas migratorias inhumanas que, en vez de activar más vías legales y seguras para que nadie tenga que arriesgar su vida, apuestan por poner más obstáculos para acceder al asilo.
Lamentablemente, con este acuerdo vuelve a quedar patente que la prioridad de la UE es proteger las fronteras, no las vidas. Y hay más medidas que van en esa dirección:
Criterios discriminatorios que darán menos garantías a algunas personas por su nacionalidad, procedimientos fronterizos acelerados, contrarios a la evaluación individualizada de cada caso, o controles obligatorios a los que se serán sometidas las personas solicitantes de asilo y que puede suponer la privación de libertad hasta que se les permita su entrada en la UE.
El objetivo es que no lleguen y, para ello, están dispuestos a cualquier cosa.
Incluso a recurrir a la "ficción jurídica de no entrada" para eludir el cumplimiento del principio de no devolución, que impide a un Estado devolver a una persona cuando su vida o sus derechos humanos estén amenazados.
Pero no es más que eso: una ficción con la que quieren convertir a las fronteras en limbos legales y espacios de "no derecho". Con esto lo que pretenden que se considere que no ha entrado una persona que físicamente se encuentra ya en un país, para devolverla, aunque el Derecho Internacional lo prohíba.
Por eso, hay poco que celebrar. No es un "éxito" ni un "logro", como lo han definido algunas autoridades. Si este acuerdo es "histórico" es porque socava el derecho de asilo.
Se ha perdido la oportunidad que suponía la Presidencia española de la UE para alcanzar un Pacto justo y con derechos, pero lo que no perderemos nunca es la esperanza y seguiremos luchando como el primer día por los derechos de las personas refugiadas.
En 2024 vamos a necesitarte más que nunca a nuestro lado. |
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