No solemos ver lo extraordinario que es nuestro día a día: Salir a pasear, que te vea el médico cuando estás enfermo, abrir un grifo para llenar un vaso de agua, comer varias veces al día… Pero, ¿no te parece extraordinario que un niño o una niña puedan ir al colegio aunque caigan las bombas a su alrededor, puedan ser atendidos después de un terremoto, tengan agua potable en mitad del desierto, comida pese a haber tenido que huir de su hogar? En UNICEF creamos aulas seguras en Ucrania, atendemos a los niños y niñas afectados por los terremotos en las localidades más remotas de Siria, construimos pozos y fuentes que funcionan con energía solar en los países africanos más afectados por el cambio climático, tratamos a los bebés con desnutrición por culpa de la guerra en Sudán… Y tú, ¿quieres hacer hoy algo extraordinario? Haz que la vida de miles de niños y niñas sea más normal: |
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