La escasez de alimentos básicos y combustible agudizó la crisis económica y generó una serie de protestas a las que las autoridades ceilandesas respondieron con diversas restricciones como el toque de queda y el cierre de las redes sociales. La ONU expresa preocupación por el impedimento al ejercicio de los derechos humanos e insta al diálogo para evitar una mayor polarización social. |
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