Un hombre con más de seiscientos nombres: así tituló R. R. Castellanos el libro en que da cuenta de todos los nombres -entre invenciones y usurpaciones- que utilizó Rafael Bolívar Coronado (Villa de Cura, Venezuela, 1884 - Barcelona, 1924), autor del libreto de la célebre Alma llanera, cuya exitosísima aria final se convirtió casi de inmediato en el segundo himno (oficioso) de Venezuela. Rafael Bolívar Coronado, el gran usurpador literario, constituye un caso probablemente único en la literatura en español.
Formado como periodista en Caracas, en 1916 viajó a Madrid donde Rufino Blanco lo empleó como colaborador de la recién fundada Editorial América. Durante su trabajo en la editorial se le encargó la transcripción de manuscritos relacionados con la conquista y colonización de América que se encontraran en la Biblioteca Nacional de Madrid. Bolívar Coronado nunca puso un pie en la sede de Recoletos pero entregó para su publicación cinco crónicas firmadas por Fray Nemesio de la Concepción Zapata, Maestre Juan de Ocampo, F. Salcedo Ordoñez, Diego Albéniz de la Cerrada y Mateo Montalvo de Jarama. Varios años después se descubriría el engaño, aunque Rufino Blanco se dio cuenta pronto yendo a confrontar los libros publicados por su editorial con los manuscritos originales depositados en la Biblioteca Nacional: no existían.
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