Te has parado a pensar cuáles son las necesidades de salud diferentes de mujeres y niñas en contextos humanitarios?
Ellas viven situaciones específicas por su género que complican aún más su derecho básico a la salud. Una brecha injusta e insoportable.
Te lo contamos. Coge tus gafasvioletas…👓
1. El parto
Comencemos por lo obvio: las mujeres se embarazan y dan a luz. Más de un tercio de todos los partos en el mundo sufren complicaciones. El resultado, una emergencia sanitaria a nivel global que hacer perder la vida a 800 mujeres cada día por falta de atención médica.
Entre estas mujeres desatendidas, aquellas que sobreviven, habitualmente pierden a su bebé y pueden desarrollar una fístula obstétrica. Toca cargar entonces con las secuelas físicas: un orificio entre la vagina y la vejiga o el recto, a través del cual se filtra la orina o heces continuamente. A esto se le añade el dolor de haber perdido a un hijo y el rechazo de sus parejas, familias y comunidades porque, a menudo, son estigmatizadas.
2. El VIH y la mutilación genital femenina
Ellas son más vulnerables a contraer VIH y tienen dificultades para recibir tratamiento si lo hacen. También llevan la terrible carga de posiblemente transmitir el virus a su hijo.
Por otro lado, el solo hecho de crecer siendo mujer puede conllevar riesgos para la salud: en muchos países, persiste la costumbre de la mutilación genital femenina (MGF), que afecta a hasta 2 millones de niñas cada año. La MGF no tiene beneficios para la salud y es extremadamente dolorosa y debilitante, con consecuencias tanto inmediatas como a largo plazo para la salud.
Las guerras y conflictos generan el caldo de cultivo perfecto para la explotación, el abuso, la violencia sexual, y la violación de mujeres y niñas como arma de guerra.
En la actualidad, más de 50 millones de mujeres y niñas en todo el mundo se ven forzadas a desplazarse. Durante su viaje, necesitan -además de un lugar seguro para dar a luz a sus bebés y apoyo tras haber sufrido violencia sexual- acceso a métodos anticonceptivos. Sin embargo, en muchos lugares simplemente no están disponibles y las mujeres tienen poco control sobre su vida sexual. Así, si una mujer tiene un embarazo no deseado, hay muy pocas opciones. Si lleva el embarazo a término, podría enfrentar duras consecuencias sociales. Si decide buscar un aborto no seguro, correrá el riesgo de sufrir lesiones graves, incluso la muerte.
4. Malaria y hepatitis E
Enfermedades como la malaria y la hepatitis E son particularmente peligrosas para las mujeres embarazadas. La hepatitis E tiene una tasa de mortalidad del 25% para las mujeres embarazadas y aumenta el riesgo de aborto espontáneo, muerte fetal y complicaciones neonatales. Para combatir la hepatitis E, en colaboración con organismos locales, llevamos a cabo campañas de vacunación masiva que priorizan a las mujeres embarazadas.
Las mujeres embarazadas con malaria también tienen un mayor riesgo de morir, enfermarse gravemente y desarrollar anemia. Así, recomendamos la atención preventiva de la malaria en las visitas de atención prenatal de rutina después del primer trimestre.
5. Cáncer de mama y de cuello uterino
La detección y el tratamiento del cáncer en muchos contextos siguen estando fuera de alcance y son inasequibles. Esto significa que muchas de las pacientes que logran llegar a nosotros para recibir tratamiento a menudo se encuentran en una etapa avanzada de la enfermedad.
En África subsahariana, donde se estiman 2,2 millones de nuevos casos de cáncer para 2040, son los dos tipos más comunes. El cáncer de cuello uterino es la forma más mortal de cáncer para las mujeres que viven en países de ingresos bajos y medios. Las mujeres VIH positivas tienen un riesgo mucho mayor de cáncer de cuello uterino, por lo que nos esforzamos especialmente por llegar a estas pacientes.
🩺🌍♀️ Para combatir estas amenazas y las barreras a la atención médica de mujeres y niñas en todo el mundo, Médicos Sin Fronteras nos comprometemos a garantizarles acceso a la atención vital. Esto incluye atención integral de salud materna, apoyo psicológico a las supervivientes de violencia sexual, el tratamiento y la prevención del cáncer de cuello uterino, el cáncer de mama, y otras amenazas a la salud que afectan de manera desproporcionada a las mujeres.
Es hora de actuar. Cada mujer merece acceso a la salud. Cada mujer tiene derecho a vivir libre de violencia y con la atención médica que necesita para su bienestar y el de sus bebés. Juntas podemos reducir la brecha de género en salud. Únete a MSF y forma parte del cambio. ¡Erradiquemos la brecha, podemos lograrlo!💪
La salud de las mujeres es (y debe ser) nuestra prioridad global La salud de las mujeres es un derecho, no un privilegio 💜
No hay comentarios:
Publicar un comentario