El año pasado el cultivo cayó un 20% y la producción un 32%, consolidando la tendencia desde 2022. La caída se produce después de la prohibición talibán del cultivo y va acompañada de las fuertes sequías que registra el país. No obstante, el peligro de que se recupere el cultivo de adormidera acecha. Mientras tanto, el negocio de las drogas sintéticas florece.
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