Huir por motivos climáticos es una realidad de la que nadie está a salvo.
Porque cuando la degradación medioambiental y el impacto climático ponen en peligro los medios de vida de una persona, o hacen de sus hogares un lugar totalmente inhabitable, el desplazamiento se convierte en una vía de escape.
El cambio climático ya provoca más desplazamientos que las guerras. 25 millones de personas se ven forzadas a dejar sus casas cada año por desastres naturales, principalmente por inundaciones, tormentas y sequías.
Brasil, Panamá o Pakistán son algunos de los países donde recientemente miles de personas se han visto afectadas a huir por estos motivos; las lluvias torrenciales en Somalia provocaron que 1,2 millones de personas tuvieran que dejar sus casas hace unos meses, y más del 20% de la población del país son ya personas desplazadas.
En España también sufrimos ya las consecuencias de la degradación ambiental. Somos uno de los países con mayor estrés hídrico de Europa, con un 74% del territorio está en riesgo de sufrir desertificación, y este año, en Cataluña ya se han aplicado limitaciones al consumo de agua debido a una emergencia por sequía.
Nadie está a salvo. Sin embargo, no hay ninguna norma internacional vinculante que proteja a las personas desplazadas por el clima y la degradación ambiental. Hoy es el Día del Medio Ambiente, y ya es hora de dar una respuesta urgente a esta situación.
Desde CEAR vamos a seguir alzando la voz y reclamando, tanto a España como a la Unión Europea, que se tomen medidas urgentes para abordar, de una vez por todas, la emergencia climática y para que la protección de estas personas sea una prioridad. |
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