Ganamos. En esta Eurocopa ganó toda España.
Te guste o no te guste el fútbol, eso es lo de menos. Incluso la victoria final, más allá de una alegría, ya era lo de menos. Porque el auténtico triunfo de España estuvo en reconocerse a sí misma como un país diverso.
Y que hubiera millones de españoles y españolas animando y celebrando a esa España conformada por quienes han nacido aquí o en Francia, por quienes tienen una madre o un padre castellanomanchego, marroquí o ecuatoguineana.
Porque 'La Roja' no es blanca, como tampoco lo es España. Ni lo ha sido ni lo va a ser nunca, por más que haya a quienes les cueste entenderlo.
España es plural y es diversa. Y el reconocimiento de esa realidad, que haya millones de niños y niñas en nuestro país que quieran ser como Lamine Yamal o Salma Paralluelo, es una victoria histórica , la más importante que podemos extraer de esta Eurocopa.
Sin embargo, queda mucho por hacer contra el racismo y xenofobia en nuestro país. Porque el racismo que sufre Vinícius Jr. o cualquier otro deportista es solo un reflejo del racismo estructural que sufren miles de personas racializadas en España, y que no reciben la misma protección ni el mismo foco mediático para denunciarlo.
El racismo y la xenofobia se deben combatir todos los días y en todos los ámbitos. Basta ya de bulos y de discursos antiinmigración. Las personas migrantes y refugiadas llegan a España para salvar sus vidas y tratar de encontrar la paz y el futuro que, por desgracia, no tenían en sus países de origen.
La ciudadanía, así como las instituciones, representantes políticos y medios de comunicación tenemos que tener claro el papel que jugamos para promover la cohesión social. Desde CEAR lo tenemos claro y vamos a seguir reclamando medidas para impulsar la sensibilización y combatir la discriminación en nuestra sociedad. |
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