Quemadas vivas.
Varias personas, entre las que había mujeres, niños y niñas, han muerto quemadas vivas en unos nuevos ataques de Israel contra un centro de distribución de alimentos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (UNWRA) y contra el hospital de Al-Aqsa, donde se refugiaban miles de personas hambrientas, enfermas y desplazadas tras más de un año de bombardeos.
Las imágenes son terribles. El horror se refleja en sus ojos mientras corren y buscan a familiares y supervivientes entre las llamas.
Es difícil comprender que se haya podido alcanzar ese nivel de inhumanidad. Pero más difícil es entender que el resto de la humanidad lo está viendo y la que comunidad internacional no esté haciendo todo lo posible para pararlo.
Es imperdonable la inacción y la complicidad con Israel. Y es imperdonable que estén quemando vivas y asesinando a miles de personas inocentes, día tras día, durante más de un año, y que no hayan hecho NADA por detenerles.
Sanciones económicas, ruptura de acuerdos comerciales y de relaciones diplomáticas, embargo de armas... Hacen falta medidas para detener a Israel, como se hizo con Rusia tras la invasión de Ucrania.
Por eso, en CEAR vamos a seguir presionando a las autoridades de España y de la Unión Europea para exigirles que tomen medidas efectivas urgentes para parar este genocidio o la humanidad no podrá perdonárselo nunca. |
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