"Hay algunos rasgos comunes a todos los pacientes que he visto en Gaza. Piel oscura, casi quemada, porque están expuestos al sol todo el día. Pérdida de peso, porque la comida escasea. Tienen el pelo blanco por el estrés de estos meses de guerra. Y todos tienen rostros inexpresivos. Rostros que ilustran la pérdida, la tristeza y la depresión."
David Musardo, psicólogo de Médicos Sin Fronteras
Cuando estalla un conflicto, el sufrimiento es visible: hospitales colapsados, cuerpos heridos, familias desplazadas… Pero hay otras heridas, las invisibles, que también requieren atención urgente.
Médicos Sin Fronteras (MSF) creemos que cuidar la salud mental es esencial para que las personas puedan adaptarse, recuperarse y reconstruir sus vidas tras una crisis. Porque el trauma puede doler tanto como una fractura y dejar secuelas igual de graves.
Casi todas las personas afectadas por un conflicto experimentan angustia psicológica. Y se estima que una de cada cinco desarrollará una trastorno de salud mental. Lo vemos, por ejemplo, en Ucrania y en Gaza, en República Democrática del Congo o en Sudán. En personas que han vivido situaciones de violencia extrema, que han perdido seres queridos, que conviven con el miedo constante o tienen que desplazarse o huir.
"Todo el mundo se ha visto afectado por la guerra de alguna manera: presenciar la violencia, dejar atrás hogares y comunidades, o perder a un ser querido... Las heridas invisibles, como el estrés postraumático o las lesiones cerebrales traumáticas, también forman parte del campo de batalla...".
Laurel Cassidy, nuestra responsable de actividades de salud mental en Ucrania
Dar apoyo psicológico es vital en nuestra respuesta médico-humanitaria
Lo hacemos escuchando, enseñando herramientas de afrontamiento y creando espacios seguros donde las personas puedan recuperar su dignidad, su calma… y su esperanza.
Hoy, en el Día Mundial de la Salud Mental, reconocemos el trabajo de quienes brindan este apoyo vital en nuestras operaciones: profesionales que acompañan con respeto, cercanía y sensibilidad.
Con cada sesión, con cada conversación, con cada pequeño avance… ayudamos a que el trauma no defina a las personas. Porque sanar, a veces, también es volver a dormir una noche entera, dejar de temblar al oír un ruido fuerte o simplemente volver a sentirse en paz.
Gracias por estar a nuestro lado y recuerda que cualquier aportación cuenta, porque con tu apoyo conseguimos mucho.
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