miércoles, 8 de abril de 2009

EL PODER DE LA PALABRA (CUENTOS) 12ª Parte

Esperanza
Omayra Vega Hernández

Había una vez en un país no muy lejano de aquí, una pequeña familia formada por unos padres y sus dos hijas menores de edad. Por circunstancias de la vida, un día tuvieron que salir de su amada tierra para así poder sobrevivir a la pobreza y calamidades que les acuciaba. La familia de la que les voy a contar su historia un día se echan a la aventura para labrarse un mundo mejor. Deciden dejar su país en Latinoamérica para venir a España. Ese era el deseo de los padres, pero las desgracias siempre se ceban con los más desgraciados. Así que un fatídico día la madre de las pequeñas enferma y en pocas semanas fallece. Las pequeñas quedan al cuidado de su padre, el cual aparenta estar fuerte para poder seguir luchando por sus pequeñas. Pasó muchos días sintiendo el frío, viento, lluvía, hambre en su cansado y desgastado cuerpo encima de un andamio para que sus niñas pudieran comer.
Pero otra vez vino la desgracia a esta familia. Un mal día la cuerda que le amarraba a la vida se partió y cayó al vacío desde lo alto de un edificio. A los pocos meses la niña pequeña murió de pura tristeza y soledad. La niña de doce años quedó sola. Pudo sobrevivir gracias a las limosnas que le daba la gente que se compadecía de ella. Una tarde se le presentó una anciana cuando ella estaba sentada ante la puerta de una iglesia.
-¿Cómo te llamas pequeña?¿Qué haces tan sola y descalza?-Le dijo la señora.
-Me llamo Nayara no tengo a nadie, ni tengo para comer estoy sola necesito comida, señora por favor. Respondió la pequeña Nayara.
La mujer le tendió su mano y la invitó a acompañarla a su casa. Allí descansó, comió y se sintió querida después de mucho, mucho trajín. Fueron pasando los días y Nayara empezaba a sentirse de nuevo viva. Estaba empezando a sonreír y en sus ojos comenzaba a asomar un brillo especial. Pasó el tiempo y pudo poco a poco aceptar a su nueva familia.
Ellos le ofrecieron cariño, alimento y estudios. Pasaron los años y se convirtió en una mujer comprometida y solidaria con los menos favorecidos.

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