domingo, 5 de abril de 2009

EL PODER DE LA PALABRA (CUENTOS) 9ª Parte

El arbusto misterioso
Amanda Rodríguez Ortega

Cuentan los viejos de mi pueblo que hace muchos, muchos años existía en las afueras de el pueblo un pequeño y frondoso bosque con árboles milenarios que tenían unas formas muy extrañas .
Decía la gente que cuando llegaba el invierno parecía que lloraban y se lamentaban del frío. En cambio, cuando les acompañaba la primavera creían oír risas y música muy alegre. Ante tanto misterio los mayores advertían a los más pequeños de que no debían acercarse al bosque bajo ningún concepto por si habitaba en él seres mágicos y pudieran hechizarlos.
Pero un día de primavera soleado dos pequeños amigos llamados Héctor y Víctor. Muy cerca de los arbustos jugaban a la pelota. Cuando de repente Víctor le dio un pelotazo al balón y cayó justo detrás del árbol más viejo y grande. Su tronco era muy ancho y tenía un hueco que desde cierta distancia parecía una puerta.
Sin pensarlo dos veces los dos corrieron en busca de su pelota, pero la curiosidad pudo con ellos y se arrojaron por el hueco para ver si había algo extraño en el interior del tronco del misterioso árbol, pero sin saberlo cayeron en picado por un precipicio hasta llegar a una especie de cocina en la que había unas personitas mayores muy frágiles y pequeñas preparando maderas mágicas. Esos seres bondadosos les regalaron una pelota de madera mágica que botaba increíblemente. Podían saltar hasta alturas inimaginables y adquirir diversas formas.
A partir de ese momento iban a ayudar a los enanitos a fabricar madera mágica que producía en la mente de las personas una extraña sensación de respeto hacia la naturaleza.



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