Hoy queremos compartir contigo este vídeo que nos ha mandado nuestra presidenta, Paula Gil, tras su visita a Afganistán.
Para situarte un poco, te diré que en Afganistán se solapan las crisis consecutivas y un sistema de salud terriblemente afectado por los problemas de financiación, la escasez de personal y la falta de estructuras sanitarias. Gran parte de su población, en especial las mujeres y las niñas, se encuentra en una situación de extrema vulnerabilidad y no dispone de atención médica. Además, el país sufre una de las tasas de mortalidad materna e infantil más altas del mundo.
Gracias a la colaboración de nuestros socios/as y donantes, hemos puesto en marcha un Servicio de Urgencias Pediátricas en el Hospital Regional de Mazar i Sharif, en el norte del país. Cada mes, ingresamos en él a más de 500 recién nacidos y tratamos una media de 3.000 niñas y niños en estado crítico.
Para que te hagas una idea, con 10,95 € podemos tratar con antibióticos a un recién nacido con una infección grave y el coste que tiene rehidratar a un niño es tan solo de 1,80 €.
En Afganistán nos enfrentamos, además de a los retos directamente médicos, a grandes dificultades para encontrar profesionales sanitarios. Entre otras cosas, porque las medidas del Emirato Islámico (también conocido como el régimen de los talibanes) excluyen a las mujeres afganas de un sinfín de aspectos de la vida pública: no permiten que las jóvenes acaben sus estudios, y aunque de momento en el ámbito de la salud no aplica a las mujeres la prohibición de trabajar, nada garantiza que eso vaya a seguir así. Todo ello causa graves problemas, debido a que, allí, las mujeres solo pueden ser tratadas por otras mujeres.
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