Estos días estamos presenciando cómo la guerra en Gaza está teniendo terribles repercusiones regionales. Los ataques israelíes se han recrudecido en Cisjordania y ahora en el Líbano con consecuencias devastadoras para la población civil.
Y todo esto, cuando se cumple un año de las atrocidades cometidas por Hamás el pasado 7 de octubre de 2023, matando hasta 1.200 personas y tomando unos 250 rehenes, y de la respuesta de las fuerzas israelíes, llevando a cabo una guerra contra la población de la Franja de Gaza y matando a más de 41.500 personas.
Cada una de esas vidas representa una familia destrozada, sueños truncados y un futuro arrebatado.
Médicos Sin Fronteras hemos estado desde el principio del conflicto ofreciendo atención médico-humanitaria en condiciones extremadamente difíciles. Nuestros equipos han sido testigos de la brutalidad de la guerra: hospitales y centros de salud destrozados, personal médico atacado, y miles de pacientes sin los cuidados esenciales que tanto necesitan. Nos enfrentamos cada día a la tarea de atender a heridos graves, personas con quemaduras, menores y adultos con traumas físicos y psicológicos, mientras lidiamos al mismo tiempo con la escasez de suministros y la destrucción de infraestructuras médicas. Una crisis humanitaria, una barbarie que no deja de empeorar.
Quiero asegurarte de que seguimos trabajando incansablemente para proporcionar atención de emergencia, pero las necesidades superan nuestras capacidades. A pesar de las dificultades, seguimos presentes proporcionando lo esencial: cirugía, atención a personas con lesiones traumáticas, salud materno-infantil y pediátrica, tratamiento de enfermedades crónicas, apoyo psicosocial e incluso abastecimiento de agua.
Pero, a pesar de las constantes y múltiples peticiones internacionales, el alto el fuego en Gaza sigue sin llegar. Esta matanza no solo es responsabilidad de los actores directos del conflicto. La complicidad de gobiernos que, por un lado, hablan de alto el fuego mientras, por el otro, envían armas y respaldo militar a las partes implicadas alimenta esta tragedia.
Mientras tanto, el sufrimiento en Gaza continúa y no podemos permanecer en silencio. Médicos Sin Fronteras pedimos un alto el fuego inmediato y duradero para evitar más muertes y que se permita la entrada de la ayuda médico-humanitaria vital.
Cada día sin alto el fuego es un día en el que más personas morirán.
Como ves, las necesidades son abrumadoras pero, gracias a la financiación que recibimos de nuestros socios y socias, y a las donaciones puntuales a nuestro Fondo de Emergencias, podemos seguir en Gaza, Cisjordania, Líbano y en otras muchas emergencias. Si puedes, haz un donativo a nuestro Fondo de Emergencias ahora.
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