martes, 31 de marzo de 2009

EL PODER DE LA PALABRA (CUENTOS) 4ª Parte

Casualidad
Rubén Gopar Ramos


Hace muchos, muchos años, casi siglos, una joven y soñadora campesina llamada Bianca, que vivía en un pequeño y triste pueblo detrás de unas enormes colinas; esperaba con verdadera ansiedad encontrarse con un príncipe que la hiciera su esposa.
Una mañana normal como otra cualquiera, la joven fue a lavar sus trapos, que utilizaban en la familia como prendas de vestir, a la orilla del río. Cuando la campesina recogía sus cosas para marcharse a almorzar ya que se acercaba la hora de comer, escuchó un ruido entre las finas hierbas alimentadas por la humedad de la tierra. Su curiosidad pudo más que ella y se acercó a ver que pasaba. Al aproximarse vio a un joven y apuesto príncipe con una profunda herida en el costado inconsciente en el suelo.
Muy tímidamente Bianca llegó hasta donde estaba el galán. Le cogió su blanca mano y pensó en ayudarle. Observó que aún estaba con vida y le ofreció un poco de agua del río. Él agradeció y aceptó el agua. En ese momento hubo un cruce de miradas…
Durante unas horas Bianca hizo de enfermera. Después ayudó a levantar al muchacho, que buscó fuerzas en donde no las tenía para poder irse al palacio. La joven al ver su dolencia e impotencia se ofreció a acompañarlo.
Por el camino mientras se apoyaba el uno en el otro. Los sentimientos hicieron burbujas al unísono. Cuando llegaron al castillo ya la noche les había alcanzado. Así que el amable joven la invitó a pasar la noche en palacio. Ella encantada de la vida no rehusó la invitación.
Después de comer algo y cuando ya se iban a la cama el joven no pudo aguantar más y le pidió la mano. Ella sin terminar de creérselo y muy emocionada le dijo que sí infinidad de veces... y como cualquier otro cuento de fantasía fueron felices y no sé si comieron perdices.


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