miércoles, 1 de abril de 2009

EL PODER DE LA PALABRA (CUENTOS) 5ª Parte

Un niño sin suerte
Dailos Andrés Pérez García

Un adolescente, llamado José, del pueblo de Vecindario tenía problemas en su familia desde que era chico. Peleas continuas en casa, el dinero que conseguía su madre de hacer la calle nunca llegaba, su padre metido en la droga y su inmensa soledad.
El tiempo pasaba y todo a su alrededor le era indiferente. Así estuvo hasta que terminó secundaria, arrastrando partes y más partes de disciplina, expulsiones…
Sus supuestos amigos lo ayudaron a meterse de cabeza en el mundo de las drogas. Cada día que pasaba se iba sintiendo más ansioso, agresivo, profundamente solo, por esa razón sentía que su único refugio posible estaba en esas sustancias que le ofrecían la posibilidad pasajera de evadirse por un rato del mundo real.
Pasó el tiempo y un mal día metió la mano en lo que no era suyo y luego las peleas callejeras para no ser menos que los colegas de la plaza.
Una tarde en la que la luz había huido, hubo una reyerta a la que llegó la policía antes de lo previsto y lo cogieron junto a otros de la pandilla, pero él era menor entonces y fue a parar durante un par años a un centro de menores donde conoció chicos tan asqueados y aburridos de la vida como él.
Después de dos años aislado de su mundo conocido siguió viviendo y conoció otra gente que le escuchaba y a veces hasta le abrazaban. Creía sentir otras necesidades que hasta ese momento no había echado en falta. Nadie en su intensa vida le había dicho que le quería o le había insinuado que le echaba de menos en algún momento.
Un día en clase un profesor leyó un poema que hablaba de la soledad y de los trozos de memorias pasadas que conforman cada persona. Después él siguió leyendo poemas y supo que algo por dentro se le había estallado. Pidió ayuda y decidió ir a un centro de desintoxicación, y poco a poco empezó a confiar en sí mismo.
Cuando leyó a Bécquer supo que una piba muy especial le gustaba. Ella le respondió.

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