Cuando hablamos de una épica jamás contada, nos referimos al Gobierno democrático de Rómulo Betancourt entre 1959 y 1964. La primera vez en Venezuela que un gobierno electo por el pueblo le entregaba el mando a otro electo democráticamente. Asediado por los extremos políticos: el autoritarismo militar y la izquierda marxista en armas, Rómulo Betancourt no renuncia, como se lo exigían sus violentos adversarios, sino que resiste los cinco años apoyado por la inmensa mayoría de los venezolanos, que salieron a votar en 1963 por un nuevo presidente, como lo establecía la Constitución.
Seis décadas más tarde de aquellos años políticamente turbulentos, algunos de los recuerdos de mi infancia, tan dulces como dolorosos, se asoman: la familia, el colegio, mi pedazo de ciudad, y se entrelazan con aquellos acontecimientos políticos que para muchos están interesadamente olvidados. De manera optimista pensamos que no hay manera de deshacernos de nuestra historia y, quizás, conociéndola un poco mejor podríamos evitar algunos tropiezos, algunas miserias que andan por allí siempre al acecho.
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