682.000 personas tienen sus vidas paralizadas.
Esperan una respuesta a sus solicitudes de asilo en algún país de la Unión Europea, y es la cifra más alta de peticiones pendientes de resolución en el primer semestre del año desde 2016, cuando miles de personas llegaron a Europa huyendo de la guerra en Siria.
Pero aunque el número de peticiones de asilo también ha aumentado en los países de la Unión Europea, el problema está claro: faltan recursos.
"Si no se dotan a las autoridades de medios materiales y humanos, éstas no tienen capacidad para tramitarlas", tal y como señala Elena Muñoz, coordinadora estatal del servicio jurídico de CEAR.
Y aunque la Ley de Asilo fija un plazo máximo de 6 meses para dar respuesta a las solicitudes, hay personas que llegan a esperar más de 30 meses. ¡Una barbaridad!
En junio de este año unas 158.000 personas esperaban una resolución en España. Y la espera conlleva vivir en la incertidumbre; la espera son obstáculos para acceder a derechos; la espera significa que no tienen la protección que necesitan.
Y no podemos esperar más. En CEAR seguimos trabajando cada día en la protección de las personas refugiadas. Para que puedan, por fin, empezar a rehacer sus vidas. |
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