Mientras en Granada se sigue negociando un nuevo Pacto Europeo de Migración y Asilo, el drama humanitario continúa en nuestras costas.
En lo que va de año, más de 25.000 personas han tenido que lanzarse al mar para llegar a España, más de la mitad a través de la ruta a Canarias, la más peligrosa del mundo. Y, según datos de Unicef, más de 11.000 niños, niñas y jóvenes han cruzado solos el Mediterráneo central, un 60% más que el año pasado en este periodo.
Crecen las llegadas a Canarias, también a la Península y Baleares, y desgraciadamente, también crece el número de muertes intentando llegar a Europa. Este año ya han muerto al menos 2.779 personas.
¡PERSONAS!, ¡SERES HUMANOS! Hombres y mujeres; madres, hijos o abuelos con sus historias y sus familias. Que parece que a veces se olvida o se pierde el foco entre tanto número...
Es triste pero es real. Se protegen más las fronteras que las vidas. Y el principal objetivo de la política migratoria europea es que no lleguen.
A veces lo consiguen. Muchas personas no llegan. Y no llegan porque pierden la vida en el intento. Así que basta ya. Es el momento de que las autoridades apuesten, por fin, por una política migratoria justa y valiente, que ponga en el centro a las personas.
Desde CEAR lo llevamos reclamando hace años y seguiremos haciéndolo: hacen falta de vías legales y seguras para que quienes huyen no tengan que jugarse la vida en el mar. |
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