Prostituirse es una decisión límite y a menudo ni siquiera es una decisión, sino un hecho al que se llega fruto del engaño o de la trata. Lejos de estereotipos sociales, la mayoría tienen menores que dependen exclusivamente de ellas, y también a otros familiares dependientes a su cargo. Sus vidas son cualquier cosa menos fáciles.
En Médicos del Mundo entendemos la prostitución y la trata con fines de explotación sexual como dos realidades indisociables, que constituyen una forma de violencia de género y una vulneración de los Derechos Humanos, con graves consecuencias para la salud física y psicológica de las mujeres. |
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