Lo que enero nos dejó

 

Ayer finalizamos el primer mes del 2022. Un mes que no ha dejado indiferente a nadie. Estas son algunas de las cosas que hemos vivido este comienzo de año: La covid-19 sigue imparable en todo el mundo con su variante Omicron. Mientras en países desarrollados como España vamos ya por la tercera dosis de la vacuna, solo alrededor del 8% de la población africana está completamente vacunada. Hasta que no entendamos que la respuesta debe ser universal, y sobre todo solidaria, el virus seguirá viviendo con nosotros. En enero presentamos aquí en España el informe: La otra pandemia. El impacto de la covid-19 en las poblaciones vulnerabilizadas. En él analizamos como los factores sociales determinan nuestra exposición al virus. Haití volvió a temblar, días después del aniversario del desastre de 2010 que dejó más de un cuarto de millón de muertes, recordándonos la fragilidad de un país cuya población sufre hambre, una crisis económica y un caos político cada vez más profundo. En Europa, la tensión que se vive en Ucrania hace temer una guerra que, como todas, tendría graves consecuencias en la vida de la población civil. Al conflicto que se vive, se ha sumado la pandemia, presionando al débil sistema de salud. Los ya limitados recursos  se destinaron a la covid-19, reduciendo otros servicios sanitarios esenciales. El golpe de estado en Burkina Faso el 23 de enero, suma más inestabilidad si cabe a este país. Al  menos 346 centros de salud han cerrado o reducido sus servicios desde 2019, privando a casi 900.000 personas del acceso a la atención sanitaria, y siendo la malnutrición una de las grandes lacras. Ese mismo día también hubo un ataque a gran escala en una de las comunidades donde trabajamos en Sudán del Sur. Desde aquí lamentamos profundamente los heridos, fallecidos y daños causados por el ataque, entre ellos un movilizador comunitario de nuestra ONG socia local, Sudan Medical Care, que trabajaba allí. En Médicos del Mundo trabajamos en España, Haití, Ucrania, Burkina y Sudán del Sur, entre otros países, para garantizar el derecho a la salud de las personas más vulnerables: reforzando los sistemas públicos de salud, desplazándonos con unidades móviles a zonas de conflicto, proporcionando servicios de salud sexual y reproductiva, salud materna y neonatal o tratando a menores con desnutrición.       Nuestro trabajo no sería posible sin el apoyo constante de personas como tú.  Gracias por acompañarnos un año más.

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