La agencia sanitaria de la ONU alerta sobre un aumento muy preocupante de los fallecimientos en la mayoría de las regiones del mundo y llama a usar todas las herramientas disponibles para combatir al virus, no sólo las vacunas. El número de nuevos casos durante las últimas semanas supera a la totalidad del declarado durante 2020.
La región empieza el año con un desempleo de 9,6%, la mitad de los trabajadores en la informalidad y un panorama incierto. Muchos trabajos no se han recuperado porque su sector no se ha reactivado o ha cambiado su naturaleza. Las mujeres sufren desproporcionadamente el impacto de la pandemia, destaca un informe de la agencia laboral mundial.
El líder de la ONU llama a todas las partes a apegarse a la mejor tradición del espíritu olímpico para salvar vidas, superar las diferencias y encontrar el camino hacia la paz. La pausa permitiría la entrada de asistencia vital, dice.
El mayor riesgo de fallecimiento se produce durante las primeras cuatro semanas del nacimiento del bebé. De cada mil niños nacidos en América Latina y el Caribe, siete no llegan a cumplir el primer mes de vida.
Las cifras de basura sanitaria generadas durante la pandemia son desorbitantes. Por ejemplo, se estima que la mayor parte de las 87.000 toneladas de equipos enviados por la ONU para proteger al personal médico se han convertido en desechos. A eso hay que añadir vacunas, pruebas, mascarillas y otros materiales. Fuera de las iniciativas llevadas a cabo por la ONU, los números son aún más inabarcables.
La pandemia deja miles de toneladas de residuos médicos que amenazan la salud y el medio ambiente. La subvariante BA.2 de ómicron podría ser “un poco más transmisible” que la dominante, asegura la OMS. En América Latina y el Caribe mueren cada día 255 bebés de menos de un mes. La OPS lanza una campaña para mejorar la calidad de los cuidados. La región no ha recuperado los puestos de trabajo perdidos por la pandemia.
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